Gamma

2010 series

El último trabajo de 2010 de Lidia Benavides (Madrid, 1971) lleva por título Gamma y ha sido realizado durante el año 2010 en El Instituto Astrofísico de Canarias, en sus telescopios e instalaciones del Roque de los Muchachos en la isla de La Palma. Allí la artista ha llevado a cabo un trabajo de campo entrevistándose con el personal investigador y realizado diversas visitas a sus telescopios para trasladar a su universo plástico toda la actualidad y avances en observación celeste e investigación de luz cósmica.
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El último trabajo de 2010 de Lidia Benavides (Madrid, 1971) lleva por título Gamma y ha sido realizado durante el año 2010 en El Instituto Astrofísico de Canarias, en sus telescopios e instalaciones del Roque de los Muchachos en la isla de La Palma. Allí la artista ha llevado a cabo un trabajo de campo entrevistándose con el personal investigador y realizado diversas visitas a sus telescopios para trasladar a su universo plástico toda la actualidad y avances en observación celeste e investigación de luz cósmica. Tanto en los telescopios dedicados específicamente a observación del sol, en los de captación de luz Cherenkov, como en el Gran Telescopio de Canarias (GTC) -el telescopio más grande del mundo-, la artista ha elaborado su particular discurso entre la ciencia ficción, la pintura expandida y el proyecto intermedia en distintos trabajos para vídeo, pintura, sonido y fotografía digital.Gran parte de este proyecto de Lidia Benavides se centra en la fascinación por los telescopios MAGIC (Major Atmospheric Gamma Imaging Cherenkov Telescope). Estos ingenios gigantes centran sus investigaciones a partir de la captación de rayos gamma, un tipo de radiación electromagnética producida generalmente por fenómenos astrofísicos de gran violencia, como supernovas y núcleos activos de galaxias. Existen rayos gamma de muy alta energía en el Universo que al incidir en la atmósfera terrestre generan una cascada de partículas que viajan a velocidades más elevadas que la luz en el aire. Esta nube de partículas emite un destello de luz azulada que apenas dura unas milmillonésimas de segundo, denominada “luz Cherenkov”. Los telescopios MAGIC son capaces de captar de forma eficiente este tipo de radiación ya que, gracias al tamaño de su espejo, recogen estos cortos destellos de luz diseminada y la focalizan en un detector ultrasensible. Lidia Benavides establece una interpretación de captación de estas radiaciones construyendo correlatos de estos dispositivos en una foto-instalación de gran formato utilizando espejos y fotografía.Por otro lado, los espectrógrafos instalados en el GTC, han propiciado un trabajo para vídeo en colaboración con Miguel Álvarez-Fernández. En este obra audiovisual, Lidia Benavides aplica el espectrómetro óptico, un instrumento que sirve para medir las propiedades de la luz en una determinada porción del espectro electromagnético, al movimiento del Gran Telescopio de Canarias mediante distintas tomas de vídeo en su funcionamiento y un montaje en la edición que conjuga un mundo en el límite de la abstracción, de espacialización de emociones, proyectadas al confín de la ciencia astrofísica. En este sentido, Miguel Álvarez-Fernández compone la banda sonora de la pieza en directa relación con su función, mediante procesos de síntesis digital que —como las imágenes del vídeo— nos ubican en las fronteras entre lo abstracto y lo referencial, o entre la pesante maquinaria terráquea y el movimiento grácil de las estrellas suspendidas en el cosmos. Musicalmente, las frecuencias audibles son atravesadas de manera análoga a como el espectrómetro barre secuencialmente el dominio lumínico durante su análisis.

English version

The latest work from Lidia Benavides (Madrid, 1971) has the title Gamma and has been carried out during 2010 in the Instituto Astrofísico de Canarias, in its telescopes and facilities of Roque de los Muchachos on the island of La Palma. There, the artist carried out fieldwork interviewing the research personnel and making a number of visits to its telescopes in order to transfer to her plastic universe all the modernity and advances in observing the skies and investigation into cosmic rays. In the telescopes dedicated specifically to observing the sun, those intended to capture Cherenkov radiation, and also the Gran Telescopio de Canarias (GTC) – the biggest telescope in the world – the artist has created her own particular discourse between science fiction, expanded painting and the intermediate project in different works for video, painting, sound and digital photography.A large part of this project by Lidia Benavides is focused on the fascination for MAGIC (Major Atmospheric Gamma Imaging Cherenkov) Telescopes. These ingenious giants focus their investigations starting from the capture of gamma rays, a kind of electromagnetic radiation generally produced by very violent astrophysical phenomena, such as supernovas and the active core of galaxies. There exist very high energy gamma rays in the Universe which, when they strike the earth’s atmosphere, generate a cascade of particles travelling at speeds faster than the speed of light in air. This cloud of particles emits a burst of bluish light lasting scarcely a thousand millionths of a second, known as “Cherenkov light”. The MAGIC telescopes are capable of efficiently capturing this type of radiation since, thanks to the size of their mirror, they gather these short bursts of disseminated light and focus it on an ultrasensitive detector. Lidia Benavides establishes an interpretation of the capture of this radiation constructing correlations of these devices in a large format photo-installation using mirrors and photography.Moreover, the spectrographs installed in the GTC are the source of a work for video in collaboration with Miguel Alvarez-Fernández. In this audiovisual work, Lidia Benavides applies the optical spectrometer, an instrument used to measure the properties of light in a certain portion of the electromagnetic spectrum, to the movement of the Gran Telescopio de Canarias by means of different video takes in their functioning and a montage for the editing which combines a world in the limit of abstraction, of the spatialization of emotions, projected to the confines of astrophysical science. In this sense, Miguel Alvarez-Fernández composes the soundtrack for the piece in direct relation with its function, by means of processes of synthesis of electronic sounds and composition by computer.

 

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